viernes, 21 de noviembre de 2008

Cueva-Reflexion - Postergando a Dios, la mentira



Las excusas son peores que la mentira, los fracasos se elaboran en su fábrica.”Jesús le dijo a otro: –Sígueme. Pero él respondió: Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre. Jesús le contestó: –Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve y anuncia el reino de Dios” (Lucas 9:59-60). Por Dario Farias

Hay una tendencia generalizada: dejar pasar las oportunidades que se presentan por lo general como grandes obstáculos, que en definitiva nos ayudan a dar un pequeño paso hacia la meta, es decir, continuar avanzando.

Jesús fue muy categórico cuando invitó a seguirlo a este muchacho del relato de Lucas; la respuesta del joven fue: “Espera que entierre a mi padre, después voy a seguirte”. Ahora, es muy probable que su padre no hubiera muerto, ni estuviera enfermo; lo que este varón quiso decir fue: “Soy muy joven, quiero disfrutar la vida… cuando mi padre se muera prometo seguirte”.

La vida nos pone por delante ciento de posibilidades malas y buenas, está en ti la elección.
Jesús nos dio la máxima prioridad (Mateo 6:33), buscar su reino y su justicia, para que las bendiciones se añadan. Buscar sobre todo y más allá de cualquier cosa, reino y justicia.

No podemos dejar pasar la vida, porque sí nomás. Es tiempo de poner mano a la obra, estudiar, capacitarnos, “los exitosos son los pequeños perseverantes” (Mason). Dios te ha regalado una hermosa juventud, un precioso potencial que tienes que desarrollar.

Hoy tienes que tomar la determinación de hacer algo por tí y por los demás. Escribir, hacer poemas, pintar, emprender un negocio, etc. Basta ya de postergar la vida, y por sobre todo a Dios que te espera cada día con una sonrisa.

Seguir a Jesús es lo más valioso que tienes. Comienza cada mañana como un invasor. Él te ha entregado lugares para conquistar, no desaproveches las oportunidades.
“Nuestra elección de prioridades determina nuestro nivel de vuelo.”

Dicho de otra manera, “Cualquier cosa que esté en primer lugar, si no es Cristo, está en mal lugar. La vida es como una moneda, puedes gastarla de la manera que quieras, pero solo una vez. ¿En qué la estás gastando?” (Swindoll).

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