miércoles, 29 de abril de 2009

Dios y tu primer baño

Me encanta leer la historia que Brett Harris cuenta en su libro "Do Hard Things" acerca de su primer baño en la ducha a los 8 años.

"Todavía recuerdo mi primer baño en la ducha. Fue una experiencia horrible. Tenía ocho años y todo lo que conocía eran los baños en la bañera...en mi mente no había diferencia moral entre hacer que tu hijo tomara un baño en la ducha y en dejar tu hijo desnundo fuera de la casa en una tormenta eléctrica. Era abandono...yo no era una persona de duchas. Era una persona de bañeras y estaba feliz así." y después dice: "Lo divertido es que esta mañana, casi diez años después, tomé un baño en la ducha y no lo pensé dos veces...es increíble que lo que parecía imposible ahora es parte de mi rutina de todos los días."

Me gusta esa historia porque sé que todos pasamos por algo así cuando éramos niños, ya sea aprender a montar bicicleta o amarrarnos los cordones, y lo grande es que en ese tiempo parecía algo inalcanzable, pero ahora lo podemos hacer con los ojos cerrados. Todos tenemos algo que en algún momento parecía muy por encima de nosotros pero ahora nos parece muy fácil.

¿Qué ha cambiado? Realmente no mucho. No hay mucha diferencia entre los retos de un niño y los de un adulto. ¿Cuál es la diferencia entre una suma para un niño de 6 años y un ensayo de 10 páginas para uno de 15? Quizás debamos hacernos otra pregunta, ¿cómo ha cambiado la forma en que reaccionabamos cuando estabamos aprendiendo a caminar o a amarrarnos los cordones, a como reaccionamos ahora?

Seguro has oído a muchos jóvenes decir: "soy muy tímido/a, no me gusta hablar, no lo voy a poder hacer", o "no soy inteligente, me voy a quemar" o "no puedo evitarlo, soy así", "no me puedo controlar". Todos hemos dicho algo así, y nos parece normal, pero nos parecería ridículo que un bebé dijera "no me gusta el piso, nunca voy a poder caminar" o "no tengo disciplina para aprender a amarrarme los zapatos."

La diferencia es que todos esperan que nos amarremos los zapatos, todos esperan que aprendamos a caminar, todos esperan que tomemos nuestro primer baño, pero no más de ahí. La sociedad espera de nosotros lo básico, pero no más de ahí. No espera que sigamos esforzándonos por alcanzar metas más altas. El otro día hablamos en la cueva acerca de vivir a las expectativas de Dios, y parte de eso es vivir al nivel de nuestro potencial y no conformarnos a lo que los demás esperan de nosotros. Si lo hacemos, estamos viviendo por debajo de los estándares de Dios. Así como Dios te dió la capacidad de sobrevivir a tu primer baño, te ha dado el potencial para hacer mucho más. No te conformes con ser mediocre.

3 comentarios:

  1. Todo es cuestion de dar el paso... y con un poco de caracter lo podemos lograr.

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  2. Todo es cuestion de dar el paso... y con un poco de caracter lo podemos lograr.

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  3. Tienes razón. Muchas veces las limitaciones están sólo en nuestra mente.

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