lunes, 15 de septiembre de 2008

Cristo, solo Cristo (Por que el nombre del Blog)



Cristo no se presenta a Sí mismo como un gran maestro que, mapa en mano, puede mostrarnos la ruta. no. Él es el camino, el único camino
Por Sugel Michelén / El Caribe

Uno de los distintivos del verdadero cristianismo es el lugar central que ocupa la persona de nuestro Señor Jesucristo como el único mediador entre Dios y los hombres.

Él no es un Salvador entre muchos, sino el único medio de salvación provisto por Dios para arreglar nuestras cuentas con la justicia divina. Jesús dice de sí mismo en Juan 14:6: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Y una vez más, en Juan 10:7-9: “Yo soy la puerta de las ovejas.

Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores… Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo”. Ese es el mensaje que encontramos en el resto del Nuevo Testamento; en Hechos 4:12, dice el apóstol Pedro que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.

Y en 1Timoteo 2:5 Pablo afirma que así como hay un sólo Dios, así también hay un sólo mediador entre Dios y los hombres: nuestro Señor Jesucristo.

El Evangelio anuncia un sólo medio de salvación, un sólo camino. No hay otra vía de acceso para llegar a la presencia de Dios: ya sea cualquier otra religión, cualquier otro intermediario, nuestra decencia personal o nuestras buenas obras.

Hay un sólo camino para llegar al Padre, y ese camino no es una doctrina, ni una filosofía, sino una persona. Cristo no se presenta a Sí mismo como un gran maestro que, mapa en mano, puede mostrarnos la ruta. No.

Él es el camino, el único camino, porque nadie más está calificado para hacer lo que Él hizo. Jesucristo es la segunda Persona de la Trinidad que se hizo Hombre para dar Su vida en una cruz y así saldar la deuda de todos aquellos a quiénes vino a salvar.

La exclusividad del cristianismo no radica en el hecho de que sus enseñanzas sean más nobles, más lógicas o más sublimes que las de cualquier otra religión; el cristianismo es exclusivo por la singularidad de su Fundador.

El Salvador tenía que ser Dios y tenía que ser Hombre y sólo Jesús cumple con ambas condiciones.

Sabemos que esta exclusividad es contraria al pensamiento pluralista de hoy día, pero según la Biblia que no tenemos más opción que aceptar a Cristo como el único Salvador y postrarnos ante Él en arrepentimiento y fe o rechazar por completo el cristianismo como la doctrina de un iluso o de un farsante.

El cristianismo no admite ningún tipo de sincretismo. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo Hombre” (1Timoteo 2:5).
Sugel Michelén es pastor

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