lunes, 6 de octubre de 2008

Ciencia y ateísmo


Por Sugel Michelén / El Caribe

Muchos presuponen que la ciencia y la fe cristiana son enemigas irreconciliables, pero nada puede estar más lejos de la realidad. Más bien fue el cristianismo lo que hizo posible el nacimiento de la ciencia moderna al crear el clima de pensamiento necesario para que los hombres se dedicaran a la investigación del universo.

Alguien como J. Robert Oppenheimer, el famoso científico norteamericano cuyo nombre quedará asociado para siempre con la creación de la bomba atómica (y que no era cristiano), reconoció que fue necesario el cristianismo para dar nacimiento a la ciencia moderna.

Los primeros científicos partieron de la premisa de que existe un Dios razonable que creó un universo que puede ser investigado racionalmente. La dificultad de muchos científicos para aceptar la existencia de Dios es un prejuicio moral y no la consecuencia de los avances incuestionables que ha tenido la ciencia para explicar muchos de los mecanismos del universo.

El hecho de que podamos explicarlos no responde las preguntas de quién creó tales mecanismos y con qué propósito. La historia ficticia que narro a continuación ilustra este prejuicio de algunos científicos contra la existencia de Dios.

Imaginemos a un hombre en una selva remota al que le obsequian un automóvil Ford y le explican cómo encenderlo y maniobrarlo. En un principio este hombre presupone que dentro del motor hay un dios llamado “el señor Ford” que hace andar el automóvil. Cuando el motor funciona suavemente es porque el señor Ford está de buenas y cuando no funciona bien es porque está de malas.

Pero nuestro amigo comienza a aprender mecánica hasta que llega el momento en que puede desmontar el motor pieza por pieza y conocer cómo funciona.

Ahora ha descubierto que dentro del motor no hay ningún señor Ford y que su funcionamiento se puede explicar enteramente en términos de mecánica y de combustión interna. ¿Sería inteligente de su parte suponer que en realidad nunca ha existido ningún señor Ford que inventó este motor en algún punto de la historia? Por supuesto que no. Si alguien no hubiera diseñado y construido el mecanismo no habría nada que explicar.

Pues de igual modo, el hecho de que ahora podamos comprender muchos de los principios que rigen el universo no elimina la necesidad de un Creador inteligente que hizo todas las cosas con un propósito. Más bien, es la inteligencia detrás del diseño lo que hace posible su estudio.
Sugel Michelén es pastor
sugelmichelen@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario