miércoles, 16 de septiembre de 2009

EL ARTE DE AMAR A DIOS
(Parte 1)

En mis clases de arte en la universidad aprendí que hay un parecido en la forma en que la gente se expresa artísticamente y la forma en que expresamos nuestro amor a Dios.

En el arte hay quienes se enfocan estrictamente en la técnica para expresarse y hacen mucho mas énfasis en el método y medio que usan para comunicar, el conocimiento obtenido por la práctica los convierte en unos verdaderos “genios”. Por otro lado están quienes se enfocan en el sentimiento y la intuición para expresar lo que sienten sin darle mucha importancia a la técnica. Estas personas son capaces de comunicarse en manera muy espontanea.

En nuestra relación con Dios es posible que seamos expertos en la técnica y que la costumbre y la tradición sean nuestra razón de hacer las cosas. Somos unos genios en la tradición y en hacer las cosas de la misma forma una y otra vez. También nos encantan los métodos, y tenemos un esquema y una forma para orar, para leer la Biblia, para hacer el devocional, para hacer el servicio los domingos, para saludar a la gente después del servicio, hasta tenemos métodos para crear otros métodos.

Es cierto que la práctica hace al maestro y creo que debemos dar lo mejor en todo lo que hacemos para Dios cada día, pero es solo una parte de la ecuación.

También hay gente que puede ser muy espiritual, y aunque no tengan mucho conocimiento y técnica son capaces entender muchas cosas sobre Dios y en verdad tienen una relación con El, muchas veces más real que la de muchos “cristianos” porque tienen el sentimiento y la sensibilidad para dejarse llevar por las emociones y porque no tienen temor de expresar lo que sienten en el momento. Pero de que sirve la inspiración si no sabemos como expresar lo que sentimos, no basta con creer que amamos a Dios tenemos que aprender a hacerlo.

Jesús nos enseña a como tener ambas cosas, el arte de amar a Dios consiste en el equilibrio entre las dos cosas antes mencionadas. Lucas 7:36.50 nos dice que Jesús es invitado por un fariseo a su casa y que una mujer desconocida que ungió los pies de Jesús con perfume y criticada por el fariseo. Jesús sale en su defensa diciendo que ella hizo las cosas que el fariseo debió hacer por costumbre y tradición, pero ella lo hizo de una forma diferente porque lo hizo de corazón y con amor, en sus palabras Jesús dice que ella amó mucho.

Esta mujer necesitaba hacer eso, ¿Es una necesidad para nosotros expresar lo que sentimos por y hacia Dios? ¿Cuándo fue la última vez que tuvimos un tiempo con Dios porque realmente sentíamos que no seriamos capaces de resistir el día? ¿Te has tomado un tiempo para dar gracias a Dios porque te sientes tan agradecido que crees que tu corazón va a explotar?

Para amar a Dios tenemos que ser disciplinados y detallistas en cada cosa que hacemos, pero a la vez tenemos que ser espontáneos y creativos, sin temor ni vergüenza a expresar lo que sentimos, como si amar a Dios fuera un arte.

Y tú? Qué piensas de esto? Déjanos tu comentario!

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