viernes, 2 de enero de 2009
No desperdicies tu aire
Lectura: Génesis 2:1-7
Si tomase un puñado de tierra y lo soplara, todo lo que conseguiría de ello sería que mi cara se ensuciase. Pero cuando Dios lo hizo, obtuvo un ser humano vivo y respirando capaz de pensar, sentir, soñar, amar, reproducirse y vivir para siempre.
Como yo soy uno de esos seres humanos, uso expresiones tales como que «se me corta» la respiración, que «contengo» el aliento, o que es mejor «no gastar» aire, pero eso son sólo expresiones idiomáticas del lenguaje. Me es imposible no gastar aire y guardarlo para usarlo después. Si no uso el aire que tengo ahora, lo perderé y puede que incluso pierda la consciencia.
Cuando Dios sopló aliento de vida en Adán, le dio más que vida; le dio una razón para vivir: ¡Adorar! Tal y como lo dijo el salmista: «Todo lo que respira alabe a Jah» (Salmo 150:6).
Esto significa que desperdiciamos nuestro aire cuando lo usamos para algo que no honra a Aquel en quien «vivimos, y nos movemos, y somos» (Hechos 17:28).
Aunque no podemos soplarle vida a un puñado de tierra, podemos usar nuestro aliento para pronunciar palabras de consuelo, cantar cánticos de alabanza y correr a ayudar a los enfermos y a los oprimidos. Cuando usamos nuestro aliento para honrar a nuestro Creador con nuestra combinación única de talentos, habilidades y oportunidades, jamás desperdiciaremos nuestro aire. —JAL
Todo lo que soy y lo que tengose lo debo a Jesús.
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